¿Justifica el fin los medios?
Este interrogante es uno de los más problemáticos del terreno filosófico y, concretamente, del ético. Además, destaca sin duda alguna por sus grandísimas consecuencias prácticas, es decir, la conducta de alguien que esté a favor de justificar el fin con los medios dista mucho de la de alguien que esté en contra de esta tesis. Prueba de la falta de soluciones a este interrogante es la presencia de grandes conflictos bélicos en los que, hoy en día, ciertas naciones y gobernantes consideran cualquier medio, por violento y terrorífico que sea, válido para conseguir un determinado fin. El autor de esta ética formal es Nicolás Maquiavelo a quien erróneamente se le atribuye la frase "el fin justifica los medios", formulada realmente por Napoleón Bonaparte. En contra de esta moral estaría Kant, quien propone una ética basada en imperativos categóricos de obligado cumplimiento en cualquier circunstancia o condición, evitando así que el hombre se guíe de una manera interesada, persiguiendo un determinado fin.
Me gustaría empezar señalando que concuerdo en buena parte con lo que ya defendían autores como Nietzsche y Kant, que el futuro es incognoscible debido al constante cambio al que se somete el mundo que habitamos. Por ello, ¿Quién nos asegura que unos determinados medios se guíen necesariamente de un determinado fin? Esta ética opera supuestamente sabiendo el futuro, conociendo de antemano las consecuencias futuras de unos determinados actos. Un padre esta convencido de que ejerciendo una educación violenta y estricta (malos medios ), su hijo será en el futuro una persona ordenada y con buenos valores (buen fin). Pero, ¿Qué me asegura que ejerciendo esta educación el hijo vaya a resultar así y no de otra manera? Nada. Por lo tanto, considero yo, que hay que llevar un buen comportamiento siempre, como medio, en el presente, ya que las conclusiones de estas acciones no las sabremos nunca y para ello, mejor actuar bien cuando lo podemos controlar (en el presente), que actuar de otra manera motivados por unos fines dudosos que no sabemos si se cumplirán. Por tanto, para mí, el fin no justifica los medios.
Ahora bien, pongámonos en la siguiente situación: una familia tiene escondida a otra familia de judíos en su casa y unos soldados nazis preguntan a los huéspedes si algún judío se aloja dentro, los huéspedes mienten, salvándose a ellos y, sobre todo, a los judíos, sin consecuencias negativas para unos soldados nazis que actúan subordinados a un poder opresor. ¿Cómo es posible si el fin no justifica los medios que, en este caso, un mal medio (la mentira) sea tan útil y necesario para conseguir un buen fin (la salvación)? ¿Habría que alabar a la mentira, no? Lo cierto es que aquí, considerando a la mentira como una conducta moral universalmente negativa, nos estaríamos guiando por un modelo de ética basada en imperativos categóricos y universales (una ética como la de Kant). Se diría así que nunca se puede mentir, la mentira siempre es mala. Y esto, para mí, no es cierto. Estoy personalmente en contra de aquellas éticas categóricas "de diccionario", que clasifican a ciertos conceptos y conductas, como la mentira, como universalmente buenos o malos. "Nunca debes mentir" o, si consideras la mentira buena, "siempre debes mentir", esto es lo que diría la ética categórica de Kant. Lo que yo opino es que las conductas y estos conceptos éticos, como la mentira, no son "siempre buenas" o "siempre malas", serán positivas o no dependiendo de a quien se las apliques y con quien estés tratando. Así, no debes mentir a un ser querido al que le importes y valore tu honestidad, pero puedes perfectamente mentir a un soldado nazi que actúa obligado y que seguro, que en el fondo está deseando que no haya judíos en esa casa. Por tanto, la ética debe de ser siempre personalizada, aplicada al caso concreto del ser humano con el que se esté tratando. Una ética hecha por y para las múltiples y distintas personas que existen. De esta manera, en el ejemplo, un buen fin no justifica unos malos medios, ya que no se están empleando realmente unos malos medios.
Como conclusión, conviene señalar que nunca digo que unos malos medios puedan resultar en un buen fin. Simplemente lo que ocurre es que unos determinados medios (sean buenos o malos) no nos aseguran nunca un determinado fin (sea positivo o negativo). Y, por tanto, que obtengamos un buen fin puede no ser enteramente gracias a los medios que hemos usado, por ello no existe justificación de un mal medio que puede no ser la causa completa de un buen fin. Lo que siempre debemos hacer es, a priori, actuar bien, ya que no sabemos las futuras conclusiones de nuestros actos y, por ello, no tiene sentido ni merece la pena actuar mal, convencidos de que llegaremos a un hipotético y meramente posible, pero no seguro, fin positivo. Además, que usemos un medio que "objetiva y tradicionalmente" se considera malo no quiere decir que en ese momento en el que se emplea sea necesariamente malo. Existen, por tanto las famosas "mentiras piadosas", que serán positivas o no dependiendo de a quien se las digamos. Este modelo de ética que planteo sí que presenta un problema, que es la necesidad del conocimiento previo de la personalidad de quien recibe nuestras acciones, y esto no siempre se puede dar. No sabemos como un desconocido se tomará una mentira pero podemos asegurar que, al momento de conocer su reacción, el uso de la mentira se realizará eficazmente.
Muy bien Sergio.
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